Frases de Buscando a Alaska
- John Green
- 4 abr 2015
- 3 Min. de lectura

—¿Cuales la naturaleza de ser de una persona? ¿Cual es la mejor manera de ser una persona? ¿Como llegamos a ser y que sera de nosotros cuando ya no seamos? En pocas palabras ¿Cuales son las reglas de este juego y cual es la mejor manera de jugarlo?
—Las personas fueron creadas para ser amadas. Las cosas fueron creadas para ser usadas. La razón por la que el mundo está en caos, es porque las cosas están siendo amadas y las personas están siendo usadas.”
—Te pasas toda la vida atorado en el laberinto, pensando en cómo vas a escapar de ahí un día y qué fabuloso será; imaginar ese futuro te mantiene con vida, pero nunca te escapas. Sólo utilizas el futuro para escapar del presente.”
—Las cosas nunca pasaban como yo me las imaginaba.”
—Ella tenía novio, yo era torpe, ella era preciosa, yo era un aburrido sin remedio y ella era fascinante hasta el infinito. Así que regresé a mi habitación y caí sobre la litera inferior, pensando que si las personas fueran lluvia, yo sería llovizna y ella, un huracán”
—El miedo nos va a debilitar con cada segundo que pase si no luchamos.”
—No era lo suficiente ser el último hombre que ella haya besado. Quería ser el último que ella amara. Y sabía que no lo era. Lo sabía, y la odiaba por ello.”
Me odiaba a mi también, no solo porque la deje ir sino porque, si hubiera sido suficiente para ella, no habría querido ni irse.
—No voy a ser de esas personas que se sientan y hablan de lo que van a hacer. Simplemente voy a hacerlas”
—No puedes sólo hacerme diferente y luego irte. Porque yo estaba bien antes, Alaska. Estaba bien conmigo, con las últimas palabras y los amigos de la escuela, y tú no puedes venir, hacerme diferente y luego morirte.
—Cuando los adultos dicen: “Los adolescentes piensan que son invencibles”, con esa sonrisa mañosa y estúpida en sus rostros, no saben cuán en lo correcto están. Necesitamos no perder nunca la esperanza, porque nunca nos podemos romper de manera irreparable. Pensamos que somos invencibles porque los somos. No podemos nacer y no podemos morir. Como toda la energía, sólo podemos cambiar formas, tamaños y manifestaciones. Ellos olvidan eso al envejecer. Temen perder y fracasar. Pero esa parte nuestra, más grande que la suma de nuestras partes, no puede nacer y no puede morir, así que no puede fracasar
—La odiaba por no quererme. La odiaba por irse esa noche y me odiaba a mí también, no sólo por que la dejé ir sino por que, si hubiera sido suficiente para ella, no habría querido ni irse. Se habría quedado conmigo, hubiera hablado y llorado, y yo la habría escuchado
—La parte más difícil de hacer travesuras, es no poder confesar
—Ése es el miedo: perdí algo importante, no lo puedo encontrar y lo necesito. Es un miedo semejante al de alguien que perdiera sus lentes, fuera a la óptica y le dijeran que todos los lentes del mundo se acabaron y que tendría que vivir sin ellos
—Las personas, pensé, querían seguridad. No podían soportar la idea de que la muerte fuera un gran vacío oscuro, no soportaban pensar que sus seres amados yo no existieran y ni siquiera se podían imaginar a ellos mismos fuera de la existencia. Finalmente, concluí que las personas creían en una vida después de la vida porque no soportaban no hacerlo.
—“Yo era un aburrido sin remedio, Ella era fascinante hasta el infinito.”
— Después de todo este este tiempo me sigue pareciendo que “derecho y rápido” es la única manera de salir pero yo elijo el laberinto. El laberinto apesta, pero lo prefiero.
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